Viernes 12 de Mayo de 2006

   Viernes 12 de Mayo de 2006


PARQUE NACIONAL ARRAYANES. Una vista del muelle de acceso al parque, en las cercanías de la ciudad neuquina de Villa La Angostura, uno de los paseos preferidos por los visitantes que se acercan a esa zona de la Patagonia.
 
Con una contribución indirecta a las economías regionales de más de 650 millones de dólares anuales, los Parques Nacionales de la Argentina constituyen un importante vector para el desarrollo de la actividad turística sustentable. En ese marco, la Administración de Parques Nacionales (APN) brinda infraestructura y servicios turísticos para que el visitante pueda disfrutar, descubrir y conocer los diferentes escenarios paisajísticos en un contexto de conservación de la diversidad natural y cultural del país.
Actualmente, el sistema tiene 35 áreas protegidas con 3.621.513 hectáreas que equivalen al 1,3% del territorio total del país. La Argentina, octavo país en superficie en el mundo, tiene una extensión de 2.791.800 kilómetros cuadrados y cuenta con 16 eco-regiones, en la mayoría de las cuales la APN cuenta con espacios que conservan muestras representativas de la inmensa biodiversidad del territorio.
La existencia de un Parque Nacional garantiza –como una marca registrada de prestigio–, la presencia de un atractivo cada vez más preciado por la industria turística nacional e internacional. Atendiendo a esa realidad, y al notorio crecimiento del turismo, que ha posicionado al país como un destino consolidado a nivel nacional e internacional, se hizo necesario adecuar los criterios de receptividad de las áreas protegidas para satisfacer los requerimientos de actividades recreativas y turísticas por parte de los visitantes.
En referencia al flujo de turistas, en 2005 se alcanzó la cifra de 2.900.000 visitantes a los Parques Nacionales, 61% más que en 2003, cuando la cifra alcanzó 1.800.000. De los visitantes mencionados, el 35% -casi 1.100.000-, fueron extranjeros.
En materia de distribución de llegadas, el 92% de las visitas se concentraron en nueve Parques Nacionales: Iguazú (Misiones); Los Glaciares (Santa Cruz); Nahuel Huapi (Río Negro); Lanín (Neuquén);Tierra del Fuego; Los Alerces (Chubut); El Palmar (Entre Ríos); Talampaya (La Rioja) y Sierra de las Quijadas (San Luis).
Solamente en los Parques Nacionales y áreas de influencia, el movimiento turístico significó un ingreso aproximado de 655 millones de dólares a las economías regionales en las áreas de influencia turística de algún parque nacional. De ese total, la APN sólo percibió 9 millones de dólares en concepto de ingresos y cánones.
El crecimiento de las prestaciones es otro de los indicadores positivos de la influencia del sistema de Parques Nacionales en las economías regionales. Con un crecimiento del 96,73%  durante el período 2002-2005, el número de prestadores turísticos registrados en los Parques creció de 336 a  661. Las actividades que más se incrementaron (con una tasa media del 25,30% anual) fueron gastronomía, excursiones de trekking, cabalgata y travesías en bicicleta.
La presencia de un Parque Nacional asegura –sin demandar inversión alguna a la provincia beneficiada–, la conservación del área involucrada; y además colabora en la difusión e implementación de prácticas de manejo sustentable a las zonas vecinas.
En Argentina, los primeros pasos para la creación de áreas protegidas data del año 1903, cuando el Dr. Francisco P. Moreno efectuó una donación de 7.500 hectáreas de tierras de su propiedad al Estado Nacional. Ese acto fue el origen, en 1922, del Parque Nacional del Sud (primer parque nacional sudamericano), más tarde denominado como Nahuel Huapi.

RECUERDO. En Puerto Blest, una placa reproduce la carta a través de la cual el Dr. Francisco P. Moreno donó los terrenos con la intención de que se constituyera un parque nacional.  
 
La figura de Parque Nacional fue adoptada por Argentina siguiendo el concepto formulado en los Estados Unidos, con el propósito de preservar las bellezas escénicas y paisajísticas. Sin embargo, a lo largo de su historia, ha ido modificando su estructura hasta llegar a cubrir distintos objetivos: ambientales, culturales, científicos, educativos y sociales.
La conservación de las áreas y especies protegidas dejó así de contemplar sólo los aspectos naturales, sino que comenzó a  incluir también los aspectos sociales y técnicos para beneficio de los intereses integrales del país.
La Administración de Parques Nacionales (APN) es el organismo al cual el Estado Nacional le ha encomendado y confiado custodiar, difundir y abrir al mundo, muestras emblemáticas del patrimonio natural y cultural de los argentinos. La experiencia histórica demuestra que, abandonados a las reglas del mercado y a la mayor o menor conciencia “ecológica” de los agentes económicos, los recursos naturales y culturales sufren un deterioro constante y progresivo que directa o indirectamente va en detrimento de la población.
El Estado asumió entonces el deber de garantizar la preservación de ese patrimonio a través del uso sustentable de los recursos, para que las actividades que se desarrollen en el presente no comprometan el futuro y los intereses colectivos de la sociedad sean resguardados.


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