La noticia habla de una nueva ruta, aunque en realidad se trata de la reactivación de un viejo camino que hasta el presente estaba cortado por un  derrumbe. La zona se encuentra en Hualinchay (un pueblo cercano a San Pedro de Colalao), y permitirá recorrer apenas 80 kilómetros hacia el oeste para llegar a la localidad salteña de Cafayate.
De acuerdo al diario “La Gaceta”, la apertura oficial de la huella podría producirse en mayo para que se corporice el camino Hualinchay-Tolombón que permitirá entonces la conexión entre San Pedro y Cafayate. Como es lógico, los pobladores ya se entusiasman con las posibilidades que esta nueva ruta le agregará a la zona.
A la circulación de productos agrícolas y de la producción vitivinícola, hay que sumarle las posibilidades de desarrollo turístico. La inminencia de la apertura de la huella está generando proyectos de inversiones hoteleras y de servicios. Algunos ya estiman que podría duplicarse la estadía promedio en la zona (que actualmente es solamente de dos noches), para lo cual la Comisión Vecinal está ideando diferentes planificaciones: un nuevo portal de entrada, puesto de información turística y cursos de capacitación para estar a la altura de las nuevas circunstancias.
La nueva ruta también ha desatado una suerte de fiebre de compra de terrenos, y la generación de planes para futuros negocios gastronómicos y otros servicios de apoyo al turismo.
La traza de la huella actual podría sufrir modificaciones cuando la empresa adjudicataria comience los trabajos de consolidación del camino, entre ellos, la realización del puente sobre el río Santa María.
Actualmente, la villa de San Pedro de Colalao crece a un ritmo de 100 casas por año y en el presente existen unas 1.400 propiedades de turistas y alrededor de 650 pertenecientes a pobladores del lugar.